miércoles, 4 de marzo de 2009

La plaza tomada


"Tu, por ventura, ¿sabes lo que vale un día? ¿Entiendes de cuanto precio es una hora? ¿Has examinado el valor de tiempo? Cierto es que no, pues así alegre le dejas pasar hurtado de la hora, que, fugitiva y secreta, te lleva preciosísimo robo. ¿Quién te ha dicho que lo que ya fué volverá, cuando lo hayas menester, si lo llamares? Dime: ¿has visto algunas pisadas de los días? (...) Cuerdo es sólo el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir"


Estas líneas han sido tomadas de “Los sueños” de Francisco de Quevedo, autor de Barroco español, quién le hacía honor al espíritu de su época, tan sombrío, pesimista y cansado como el de la actual. Sé que la obra de Quevedo está llena de una crítica mordaz y cruel en contra de la sociedad de sus años, pero en las palabras de arriba percibo una señal de esperanza, oculta, camuflada en el realismo del significado superficial. Lo que fue no volverá, nos dice Quevedo, pero, por su misma debilidad, el instante presente es inigualable y único. ¡¡Hay que vivirlo!!


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