sábado, 29 de mayo de 2010

El mártir San Gregorio


Y luego que ni el Gobierno Federal les ayuda para que se crean, ellos mismos y ellos solamente, el cuento chino de que panistas y perredistas pueden convivir sanamente, sin intentar sacarse los ojos con el mismo bolígrafo con el que han firmado sus acuerdos. Justo en el momento en que Cesar Nava, presidente del PAN a nivel nacional, está apostando muchísimo poder y credibilidad política en esas laberínticas alianzas con el perredismo de Jesús Ortega, carajo, justo cuando al mismo Jesús “El Choloscuincle” Ortega, presidente nacional del PRD o al menos de una de sus innumerables facciones, ya no le sabe tan mal la boca cuando dice que cree firmemente en dichas alianzas y que no hay ninguna contradicción entre los insultos e improperios de hace apenas un año y estas nuevas amistades, viene la PGR, haciéndose la mala, y detienen a San Gregorio Sánchez, mejor conocido con un simpático y campechano “Greg” y candidato a la gubernatura de Quintana Roo por el PRD.

Pero pues yo no entiendo a nadie. Greg es un político relativamente joven y bien posicionado en cuestión de popularidad en Quintana Roo y además, y esto siempre cuenta aunque muchos no lo crean, tiene una esposa guapa y cubana, de nombre exótico: Niurka Sáliva. Antes de ser candidato a gobernador, se desempeñaba como presidente municipal de Benito Juárez, municipio en donde se sitúa, nada menos, Cancún y su minita de oro, constante y sonante, del turismo. Yo recuerdo que lo escuché, hará unos siete u ocho meses, en una entrevista que le hizo Fernanda Familiar en su programa “Que tal, Fernanda” de Radio Imagen, donde el dichoso Greg se desató de lo lindo y no paraba de elogiar a Cancún y a sus maravillosas playas y todo eso, haciendo reír bastante a la Familiar y con un tono de voz jovial y enérgico, que no se parece en nada, hay que decirlo, a su cara. Me cayó bien, pues. Y ahora resulta que el mismo sujeto está implicado en bastantes actividades delictivas, principalmente como colaborador de los cárteles de los Beltrán Leyva y de los Zetas e, incluso, que podría estar involucrado en el asesinato, ocurrido el 3 de febrero del 2009, del General Mauro Enrique Tello Quiñones, considerado, hasta el día de hoy, el militar de mayor rango asesinado durante este sexenio o, al menos, durante la llamada guerra en contra del narcotráfico (el General fue salvajemente torturado y después le pegaron un tiro de gracia). Esto ocurrió cuando Greg ejercía como presidente municipal y, según entiendo, la totalidad de sus más cercanos colaboradores en el tema de la seguridad fueron detenidos, aún lo están, por implicaciones con dicha ejecución. Greg ha sido llamado a declarar ya en varias ocasiones y, como había sobrados motivos para que el PRD lo lanzara como candidato a gobernador (popularidad, carisma, etcétera), la PGR le avisó al partido del sol azteca, desde enero, que se estaba integrando una averiguación previa en contra de Greg. Aún así, el PRD se puso necio y lo lanzó y dicha averiguación previa ya está integrada y hace unos días, ha resultado que Greg ha sido detenido.

Según entiendo, hay bastantes posibilidades de que Greg, en efecto, no sea una blanca palomita. Desde el inicio de su carrera política ha estado en medio de sospechas por enriquecimiento ilícito, por la cuestión de que en diez años pasó de no tener mucho a ser un “próspero empresario”, según palabras de Miguel Angel Granados Chapa en esta entrevista, en el programa de Carmen Aristegui. Además, al menos según la PGR, existen algunos “testigos protegidos” que hablan de la colaboración de Greg con los cárteles más arriba mencionados.

A pesar de ello, México es un país con un pasado que nos ha hecho bastante perspicaces en lo que se refiere a la utilización de la justicia en tiempos electorales y, de hecho, en todo tiempo. Así, el PRD ya declara que hay tintes políticos en esta detención, aún cuando, desde enero, tuvieron conocimiento de que la Procuraduría tenía en la mira a Greg, por razones que, siendo sinceros, no podemos considerar despreciables.

Caray, estas cosas sí que pueden romper amistades, aún cuando lo que esté en juego sean varios estados de la República.

domingo, 23 de mayo de 2010

Un secuestro



Es cosa de lógica, no? O, al menos, de mi lógica: si yo fuera secuestrador y quisiera que me dieran mucho dinero y, preferentemente, que no me descubran y me encarcelen o (estamos en México) me hagan pagar una fianza, ni en mi más loco sueño secuestraría a Diego Fernández de Cevallos. A menos de que, de plano, no hubiera leído en mi vida las noticias ni hubiera visto nunca el rostro de Cevallos en la televisión y no supiera que es uno de los políticos más importantes y respetados dentro del partido que gobierno a nivel federal y que esto significa que, de secuestrarlo, el gobierno federal se tomará mucho tiempo y energía para atraparme y castigarme. Sin derecho a fianza, seguro.
Tonces, pregunta mi mexicano espíritu, ¿Quién secuestró a Cevallos?
Ok, ahí esta la pregunta. Ahora bien, como no podemos saberlo y entonces caería yo en simples conjeturas, paso a la siguiente reflexión: tronó hace una semana la noticia de la desaparición de Diego y después los medios de comunicación se pusieron bien pero bien alertas para ver que nuevos datos saltaban, pero los chicos de los medios estaban frustrados después de horas en las que, de plano, no había un solo dato nuevo. Saciaron su (y la nuestra) sed informativa, entonces, yendo a preguntarle a cuanto actor político medianamente mediático se encontraban, y así, está la declaración de Carlitos Navarrete, del senador Gustavo “La momia” Madero, de Marcelo “El pirruris” Ebrard, evidentemente del secretario de la Segob y amigo muy cercano de Diego, Fernando “Calígula” Gomez Mont y, ya en ultima, estoy segurísimo que hasta el Cocoliso Duarte salió en la pantalla de algún despistado televisor, declarando cuan compungido estaba por la desaparición de Diego Fernández. Ajá, claro.
Esto no es culpa de los inquietos chicos de la prensa. Ellos solo hacen su trabajo y bueno, con algo había que llenar los periódicos y las notas en la tele y la radio, etc. Un trabajo de titanes, sin duda. Pero da la impresión de que, por decirlo en forma grosera, estamos fregados: si a Diego Fernández de Cevallos, que, indudablemente, tiene amigos poderosos, lo secuestran y las autoridades no tienen la más mínima pista de donde puede estar, entonces si me secuestran a mi o a cualquier tipo de a pie no existe la más remota forma de que me rescaten y castiguen a los delincuentes, a menos de que el azar entre al quite. Esto que digo contradice, por cierto, lo que dije en el primer párrafo de esta entrada. Tristemente.
En lo que a mí respecta, lamento este secuestro porque creo que Cevallos es un político que ha hecho más bien que mal y que posee un nivel ético y profesional, forjado en los largos años como opositor, desde el PAN. Por lo que he podido escuchar y leer, no es la opinión más generalizada.