sábado, 28 de marzo de 2009

Ateo entre creyentes


He asistido, sin mucho entusiasmo e irregularmente, a un grupo de jóvenes católicos, invitado por mi novia. Tienen un horario ya bien establecido: a las ocho se reúnen en un salón contiguo al Templo y comienzan a rezar, acompañándose con música de guitarra y un par de citas bíblicas, creo que una al principio y la otra al acabar el rezo. Después, viene la parte que a mí se me dificulta: la teoría, que consiste en pasar a otro salón más pequeño en donde un individuo (en mi caso individua) intentarán mostrarte, más o menos resumidos, los fundamentos y leyes en los cuales la Iglesia Católica se basa.
A diferencia de la parte teórica, la parte que podríamos llamar “práctica”, es decir los rezos, no me molesta en lo absoluto e incluso reconozco que, efectivamente, se siente, se percibe un ambiente de indudable fraternidad y de una curiosa e inquietante tranquilidad. Puedo decir que comprendo, al menos a mi así me parece, el porqué muchas personas se refugian en los rezos, en el calor de la cercanía del grupo, en el silencioso murmullo de la gente orando, el cual solo puedo comparar con el sonido de un río. De pronto, estando entre los creyentes, he pensado en una burbuja o en un bunker o en un pueblo amurallado o en cualquier otra cosa que implique aislamiento y defensa en contra del mundo externo. La palabra utopía no queda mal, en este caso.
Las espinas llegan cuando llega la teoría. La teoría de Dios y la religión según los católicos. Es ahí en donde mi conciencia se vuelve contra lo que estoy escuchando, por razones tan variadas como la convicción de que los libros bíblicos fueron escritos por inspiración divina (aún cuando se contradigan unos a otros y cuando muchos textos, varios evangelios, fueron excluidos por el Vaticano por razones que solo Dios conoce); la idea de que Jesús fue Dios encarnado; las prohibiciones y leyes anacrónicas con respecto a la sexualidad o el olvido generalizado de la historia de la Iglesia, una historia, ciertamente, no muy caritativa o misericordiosa.
No sé con exactitud desde cuando me considero ateo. Creo que deben de ser unos siete u ocho años, aprox, durante los cuales he pasado de ser un ateo combativo, dispuesto a esgrimir la mayor cantidad de argumentos contra toda fe y ante cualquier provocación, a ser un ateo cada vez más convencido de que nadie está seguro de nada y cada vez más resignado ante el hecho de que siempre estaremos en medio de especulaciones y caminando a ciegas. Ningún creyente puede demostrar, en los hechos, que Dios existe y ningún ateo puede presentar pruebas, como si fuera un juicio, de lo contrario. Con cada discusión que mantengo, con cada libro o texto que leo referente al tema, con cada persona atea o creyente que conozco, con cada reflexión en la cual me adentro, siempre se refuerza la sensación de que el creer y el no creer son actitudes muy parecidas, más cercanas de lo que se podría pensar. Las separa, simplemente, un desacuerdo de enfoques.
Contra todos los pronósticos, asistiré con más frecuencia al grupo de jóvenes. La razón es simple: la curiosidad está buscando, sigilosa como un hambriento depredador, al gato.

4 comentarios:

Juancar dijo...

Hola !! Es la primera vez que entro en tu blog,y me resulto interesante,por lo que no sera la última.

Hace poco en España,salio una publicidad que decia "Dios no existe,disfruta la vida" promobida por un grupo de ateos y yo escribi un post al respecto diciendo que más da?,yo sou creyente e intento disfrutar la vida igual,por eso lo importante es respetar a todod el mundo y cada cual que tenga sus cvreencias.

Un saludo.

Siq uieres leer el post sobre el tema: http://juancar-alalunadevalencia.blogspot.com/2009/01/probablemente-dios-no-existay-que.html

Olehonga dijo...

Una migaja de galleta puede ser Dios, ¿a no me crees? pregúntale a un muerto de hambre...

Aguas con los grupitos de jovenes, mucho de "...ezo" y luego se desmorona la mascarita a la hora de entrar en acción. Nota comprobada por la comentarista disfrazada de hombre de l'âme du cirque (quasi religieuse,quasi-moine)

Anónimo dijo...

Hola Alex. La verdad, inteesante reflexión que haces en torno a lo relaconado con la religión, con la santa religión de la que tu, al ir con gupos de jóvenes, tienes oportunidad de experimentar. Eso es muy bueno, eso te da mas armas para opinar, ya de sea de la contradicción entre lo que se pregona o la práctica. Por cierto, creo que la creencia en un dios es quizá una necesidad que no se puede hacer aun lado, aunque podemos combatir el fanatismo y ¿porque no? canalizar a los creyentes a que expesen sus creencias en buenas obras.

Anónimo dijo...

La verdad Alejandro es que eres muy pendejo y espantosamente ignorante además de arrogante sin remedio y soberbio hasta el hastío. Deberías de callarte el hocio, leer mucho, mucho, más allá de tus pinches poemitas de puto reprimido y de tus ganas de llmar la atención. Y ya no vayas al grupo. Caes mal. Y báñate que apestas.

Y no es descalificación. Es la neta. Pobre de tu novia, pronto te dejará.