miércoles, 22 de abril de 2009

Los nazis del reloj


Propongo una original manera de celebrar el Día de la Tierra, que es una festividad instaurada por un inquieto senador norteamericano de los años setenta, Gaylord Nelson. Propongo que rompamos todos los relojes del mundo. Una cacería en contra de los relojes, un holocausto. Seremos, para los relojes, lo que los nazis fueron para los judíos, lo que los Ku Klux Klan fueron para los que, ahora, se sientan en el poder. Propongo organizar una Redada Mundial en contra del Reloj, esos pérfidos instrumentos de aquél dios cruel y, ese sí, omnipresente, Cronos. No dejemos a ninguno vivo. Dejemos solo a Cronos, sin la multitud de sus apóstoles; abandonado a la deriva, sin la seguridad de dominar el mundo con mano y aguja firme. No tengamos piedad, porque él no conoce tal concepto.
Luego de tal matanza, hermosa matanza, más hermosa que la justicia, quizá descubramos que el tiempo es un organismo y que puede morir. Quizá hayamos matado a Cronos. Bañándonos, abrevándonos con su sangre, veremos a nuestro lado, en mitad del festejo, a los faraones egipcios y a los reyes babilonios, con sus ojos de gato; a los sabios griegos, reflexionando acerca de lo acontecido y a los fieros romanos, planeando la reagrupación de sus tropas, alguna vez vencidas por el polvo y por la memoria letal. La memoria del planeta será vivencia, pues ya todo será un instante.

Muera el tiempo ¡¡¡ Muera ¡¡¡

2 comentarios:

Anónimo dijo...

NO, porque imaginate, cuando juegue México, como le haríamos para saber a que hora empieza el juego. O para ver los Simpsomps...

Oh, no. No mames. Las funciones de los cines, los horarios de no cover en los antros, la hora que dejan de vender pisto :S

NOoooooooo!!!!!!!!!!!!!1

Alán dijo...

El ser humano siempre imita lo que ve a su alrededor, la misma esencia de nuestro ser nos ha hecho ir evolucionando, copiando cada cosa e ir mejorándola a través del tiempo. Piensa en esto mi buen escritor, detengamos los relojes del mundo, si, esos aparatos que nos enseñan el momento en que nuestro planeta gira a cada momento, pero como detenemos el propio giro de la Tierra, ese que nos hace ver las bondades que nos propicia, y la destrucción que nosotros le causamos, el punto focal del pragmatismo nos impediría avanzar más de la ficción.

Buenas Tardes.