viernes, 11 de marzo de 2011

El otro

Recientes hallazgos de este equipo de investigación (conformado por mí y por mi otro yo, que emerge de vez en cuando) nos acercan, cada día más, al misterioso, y escandaloso, hecho de que la verdad no exista. Esto es sólo una hipótesis y, de confirmarse los recientes descubrimientos, no sería ni verdad ni mentira, puesto que todo, el mundo y sus alrededores, sería relativo.

Mi otro yo está casi siempre en desacuerdo conmigo, esto debido a que, si estuviera siempre en concordancia con mi pensamiento, ya no sería mi otro yo. Su identidad, pues, se basa en el hecho de estar en contra de mis opiniones. Incluso, en contra de mi mismo, como persona, como ser viviente. Por tanto, durante largos periodos nos hemos considerado enemigos y hemos “batallado” el uno contra el otro, haciendo uso de las más letales y destructivas armas con las que contamos cada uno. Pero, al ser dichas armas las mismas, puesto que, en esencia, somos uno mismo, la letalidad y destructividad de las armas se anula. Mi otro casi siempre está en desacuerdo conmigo, pero en este tema, lo he visto dudar, ponerse un poco pálido y abrir ligeramente la boca, en señal de anonadamiento. Luego, me quité de enfrente del espejo porque no soporto verlo por mucho tiempo, y su expresión idiota y pasmada aumentó aún más mi intolerancia hacia él. El otro.

Aún así, lo escuché susurrar, como si no pudiera creer que, quizá, por una vez pensaramos lo mismo: “pero… la verdad… puede que no exista”.

Todo es lenguaje y, por tanto, cada interpretación o entendimiento sobre equis o yé tema, y la forma en la cual este entendimiento es expresado, es una sucesión de palabras. Una estructura lingüística. En este sentido, dicha estructura puede ser trastocada, con un arma poderosísima que se llama retórica, ese puño feroz de la inteligencia.

Todos tenemos una específica visión del mundo y de sus fenómenos: esta visión está construida, también, con palabras que “flotan” todo el tiempo en nuestro inconsciente. Esas palabras pueden, de pronto, hundirse. Este suceso, como hemos podido avistar el otro y yo, es más espectacular que el hundimiento del Titanic.

Seguiremos informando.

Revolución congelada

Qué lástima que la Unión Europea, con excepción de Francia e Inglaterra, siga tan neutral respecto a la difícil y dramática situación que viven los libios rebeldes. La revolución, que en un principio parecía tan dinámica e imparable como la egipcia o la tunecina, se ha topado con un régimen mucho más duro.

Se trata de una situación muy diferente a la de Egipto. Sencillamente, porque Gadafi, a diferencia de Mubarak, no duda ni un momento a la hora de mandar a sus tropas (las que aún le siguen siendo fieles) a matar a sus ciudadanos. Los ha bombardeado, y, en dichas condiciones, con el mundo Occidental tan pasivo, los rebeldes, a mi modo de ver, no tienen posibilidades.

Es triste, y hay dos razones: primero porque, si Gadafi vence, de manera definitiva, tomará venganza (cómo dudarlo) en contra de los muchos que osaron levantarse en su contra. Los va a matar a todos, así de sencillo, ante la mirada impávida de la Unión Europea y de la ONU, que no ha servido de nada, tampoco. Y, segundo, porque este fracaso muy probablemente detendrá a los revolucionarios en otros países que esperaban, inquietos, la victoria de los libios. Ahora, los rebeldes iraníes, marroquíes y argelinos lo pensarán dos veces o, de plano, abandonarán sus propósitos. La razón: cuando vean que Gadafi puede hacer lo que quiera con su pueblo, como lo está haciendo en este momento, sin que Occidente haga algo, se sentirán completamente desprotegidos. No será sólo el fracaso de la revolución libia, sino del proceso de cambio y renovación que había iniciado en Túnez.

2 comentarios:

Taun We dijo...

Muy bueno, supongo que es aquí donde me tengo que atrever a decir que me cae mejor el otro... Esperaré el siguiente reporte sobre el tema para confirmar mis sospechas :)

Por lo demás no queda más que... mmm... pues seguir esperando.

Saludos enormes (Para ambos por supuesto)

Alexandro dijo...

Jejeje, así que puedo suponer que mi otro yo ha tenido conversaciones con usted, y han decidido confabularse y unir discursos. Bueno.

Saludos, señorita We.