jueves, 7 de abril de 2011

Perdición

En “París era una fiesta”, de Hemingway, leo: “… pensé que todas las generaciones se pierden por algo y siempre se han perdido y siempre se perderán… “

Muy sabio fue Hemingway al considerar a su generación como una “generación perdida” o, mejor dicho, como otra generación perdida: vista así, dicha generación, que se refiere a los jóvenes norteamericanos que habían peleado en la Primera Guerra Mundial, se aprecia desde fuera, de forma exterior, como si ellos ya no fueran jóvenes cuando, en realidad, lo son (lo eran, pues). Pero son también lo suficientemente lúcidos como para entender que su generación, esa fuerza nacida del tiempo y de la casualidad, se encamina a la perdición.

Las palabras de Hemingway son melancólicas. Son la verbalización de un escepticismo, ciertamente amargo pero que también enorgullecen al autor. Todas las generaciones se han perdido por algo, incluso por alguien (los jóvenes alemanes durante el Tercer Reich, por ejemplo) y las razones de dicha perdición varían demasiado como para mencionarlas aquí. Pero existía una búsqueda, un objeto deseado por el cual, o en el cual, perderse. Mi generación, en cambio, no parece tener un objeto deseado, no al menos uno en común.

Esta breve y deficiente entrada podría haber sido menos deficiente si hubiera sido más breve. Podría haber escrito, sencillamente, que mi generación es la primera de las generaciones (realmente) perdidas y que ya no intentan reencontrarse. Hemos abandonado la búsqueda.

2 comentarios:

Taun We dijo...

Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás... Nada mejor para sentirse orgulloso del lugar que ocupamos.

Gracias por compartir...

Saludos.

Alexandro dijo...

Tu comentario ha llegado en muy buen momento, Taun.