lunes, 26 de octubre de 2009

Los pata de perro


Era una buena tarde. Se estaba convirtiendo, además, en una noche prometedora. Prometía, entre otras cosas, la bola de la que hablé hace unas entradas y, además, una bola bajo los efectos, ni benéficos ni maléficos sino todo lo contrario, del alcohol en cantidades no recomendadas por los galenos. Para tales efectos, comparecimos en el almamáter el que esto escribe, el Richard, Sandybell y el Cara de Loco. Todos con la emoción en nuestro rostro, esperanzados por averiguar, por las malas si fuese necesario, lo que la noche nos aguardaba y así, nos subimos al carro de Cara de Loco ya con algo decente para calmar la sed. Nos dirigíamos al delirio: como imaginar nuestro desgraciado futuro.

Sabiendo que íbamos hacia la casa de Morfeo y que la distancia era considerable, pensé aprovechar el camino para sostener una charla con mis acompañantes, pero cuál sería mi sorpresa y desazón al entender el oculto propósito de Sandybell y Cara de Loco, los cuales iban en la parte delantera del vehículo: destrozar, felizmente para el Richard e inquietamente para mí, nuestros tímpanos, corriendo una música que se asemeja sospechosamente a los gritos y a las alucinaciones de aquellos que han sido poseídos por el espíritu del mal. Todos parecían disfrutar de la masacre, comentando acerca de “los acordes”, la “melodía” o “la letra” de tal o cual posesión demoniaca, mientras yo trataba, siempre en vano, de adivinar cuál de los ruidos era un acorde y cual el grito de algún desafortunado al que estaban acuchillando en la mismísima cabina de grabación, por amor al arte.

Cruzamos la ciudad con esa música y, de seguro, ello descontroló nuestro sentido de la orientación, ya que tardamos al menos media hora recorriendo arriba y abajo la misma calle, buscando la guarida de Morfeo. La encontramos, al fin. Pernoctaban en ella Morfeo y Luis Hector. Esperábamos nosotros encontrar ya una buena bola alcoholizada en casa de Morfeo, pero la vida nunca se asemeja a nuestra imaginación y, en cambio, la supera siempre. No encontramos bola, pero encontramos una casa sumamente interesante, en la cual, a un lado de una buena cantidad de libros y películas de diversos géneros, se entremezclan las imágenes de ángeles, santos y querubines con los posters, ciertamente no muy piadosos, de Iron Maiden. No sabíamos ya que hacer para aplacar nuestras sedientas gargantas, pero afortunadamente, de la combinación entre Morfeo y Luis siempre resulta una interesante conversación, acerca de temas tan variados e inverosímiles como los añadidos en la casa del primero.

Por fin, nos dieron el pitazo (o sea, el aviso) de una fiesta y hacia allá nos dirigimos, cruzando, de nuevo, la ciudad con, de nuevo, la música del mal tronando en nuestros oídos. De nuevo, tardamos un rato en encontrar el lugar indicado, y cuando lo encontramos, quedamos decepcionados y agarrotados de impotencia y frío (porque hacía un chingo de frío), al ver que se trataba de un grupo de jóvenes más bien sanos jugando insanos videojuegos. Morfeo declaró la condena: “estos cabrones pueden pasarse la noche entera jugando, dijo, yo los he visto”. Un carajo mental retumbó en toda la cuadra y la cara del Richard expresaba nuestra congoja. Mucho tiempo después, los jugadores decidieron hacerse hombrecitos y nos encaminamos hacia otro destino, este si en las orillas de la tierra conocida por los ojos del hombre. Cuando llegamos, la cosa pintaba bien, pero la tristeza nos invadió de nuevo cuando supimos que cada quien tenía que haber llevado su alcohol y por esa causa, nos sentamos en una mesa yo, Richard y Morfeo. Las dos horas siguientes, sentados en la misma mesa y con un frío pendular (o sea que se iba y volvía), Richard se dedicó a maldecir mental y verbalmente a su suerte y yo y Morfeo a discutir de lo que siempre discutimos: qué hacer con este laberinto de país. Al final, como era de esperarse, nos declaramos perplejos y desarmados ante tamaño desafío.

A pesar de todo, lo que más me intriga es que fue curiosamente divertido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy entretenida tu redaccion mi tremendísimo amigo. muy bien escrita y totalmente verídica. de todo se aprende mi alex. "lo importrante es que de todo quede siempre algo", este es mi nik en el msn y curiosamente checa con tu nuevo comentario de este blog. fijate que cuando ibamos llegando a tu casa, pensaba pedirte una sudadera que confortara ese incontenible frío que me acompañaba como una sombra karmática y vengativa. pero despues de un rato e indagando en mi fortuna, decidí finalmente no pedirte nada, ya que bien merecido tenía ese frío que me invadía. quería proporcionarme un especie de castigo o de autoflagelación a esas "malas deciciones" o pendejismo vulgarm,ente hablando. quería sentir el frio acuchillando mi piel a lo largo del camino para ir acordandome en el transcurso de "para que se te quite lo pendejo". bueno, eso es todo por hoy. nos vemos luego y espero que la próxima vez el viento sople a mi favor. bye! atte pincheRicardito

Alexandro dijo...

Ps pa que te la quiebras, mi estimado, me hubieras pedido la sudadera y punto. A que viene ese instinto de autoflagelación, digno de miembro del Opus Dei???

Anónimo dijo...

tus comentarios acerca del camello y el cocoliso son bastante duros pero ciertos, un pri q no cambia y un pan q mal aprende.
la cuestion es SEGUIR O CLAUDICAR
q es lo q mas conviene a este estado con tan deprimentes politicos y sus respectivos partidos.¿cual es la opcion a seguir para q esto cambie??
es de verdad creo yo una tarea compleja para ustedes las generaciones q ya estan en posibilidades de participar en la vida politica de este pais, son sin duda ustedes lo q tendran q agarrar el paquete y decidir q hacer con el , porque aunque los partidos y los politicos hoy esten tan desprestigiados necesitamos de esas instituciones y de gente q tome la estafeta y haga algo por este pais q aun tiene mucho para dar , y q creo solo requiere la participacion mas activa ,valerosa y patriotica de los jovenes.
seguir o claudicar ese es el reto para ti mi estimado peluso y para todos los amigochos q te cargas .
desde hace unos años recientes muy recientes se empezo un cambio y quiza los politicos nos han fallado, ¿pero y los ciudadanos q hemos echo ?? porque hemos dejado q las cosas no mejoren a pesar de q si a habido cosas buenas..
quiza lo q falta es ponerse la pila , y ser mas participativos y exigir mas, y no caer en la falsa desilusion y el conformismo de decir q todos son iguales, q eso es lo q finalmente le conviene a algunos grupos y personas q andan por ahi.
si hay mucho q hacer ,faltan muchas cosas q cambiar, asi q empecemos por cambiar nosotros mismos , y no dejemos o pensemos q otros vendran a hacer la tarea.
saludos tu apa