domingo, 18 de octubre de 2009

La bola

¿Porqué los seres humanos tendremos tan arraigado el instinto de amontonarnos, de hacer la bola? Dicen los antropólogos, que ya todos sabemos que son seres sospechosos por naturaleza, que se trata de una conducta evolutiva, es decir que, en algún momento, nuestra especie descubrió que a los mamuts, tigres dientes de sable y demás criaturas de alto riesgo les era más complicado vencernos estando todos hechos bola. La “bola” también alejaba al frío, a los demonios y a la soledad.

En algún momento, sin embargo, dimos un salto cualitativo y de la bola defensiva pasamos a la bola lúdica, osea que, además de juntarnos para protegernos nos juntamos para divertirnos. Y una bola de años después, se inaugura el Festival del Palomar, aquí en la ciudad de Chihuahua capital, en donde todos los pocos habitantes de esta mediana-grande ciudad norteña, pero central en proporción al continente, nos regocijamos en ese antiguo impulso, irresistible, de juntarnos en la bola, de hacer bola, para escuchar y ver lo que alcancemos en medio de una bola de tan considerables dimensiones.

Cuantas veces no me he descubierto a mi mismo siguiendo el camino de la bola. Caminando por las calles de esta ciudad, principalmente de noche porque el sol es mi archi enemigo, escucho de pronto un lejano estruendo de gentes, ovaciones, aplausos o abucheos, da lo mismo. Lo importante es que mis pasos se dirigen hacia aquel faro, siguiendo los rastros de un muy posible amontonamiento humano. De una bola. Luego de caminar algunas cuadras, la encuentro: puede ser un pequeño evento, una reunión de especialistas de alguna rama terriblemente aburrida de la ciencia o bien, regalo de los dioses, un accidente, una riña, una acalorada discusión entre un agente de tránsito y un conductor enfurecido. Ya hay bola: de todas partes, comienzan a llegar ejemplares de mi misma especie, salen de quien sabe dónde, de debajo de las piedras y los carros estacionados en doble y en triple fila, y yo soy uno de ellos.

2 comentarios:

El pinche Ricardito dijo...

comparto tu opinion mi tremendísimo alex. "la bola" es un ecalofriante suceso que ha venido a revolucionar el mundo en una forma exagerada. un ejemplo claro fue en lacelevración del cumpleaños número 23 de nuestra amiga Rachel. qué pasó cuando llegamos al San Juan? no nos quedamos xk no había afluencia de personas. para qué queríamos más multitud que la que ya teníamos, me pregunto yo? cosa rara es esto de las bolas. algo indescifrable. atte: el maléfico Richi

Alexandro dijo...

Me parece perverso tu comentario, Richard.

Es lo que yo decía, a fin de cuentas, en aquella noche. Que igual ibamos a estar bastantes, ibamos a ser suficiente bola. Además, era "nuestra" bola. Pero es que con esto de las bolas somos insaciables, queriamos más ¡¡¡¡

Así que todos a la Roca... No sé porque, presiento que hubiera estado mejor, en esa ocasion, quedarnos en la Villa de San Juan, pero por razones de fuerza mayor, no fue posible.

Atte: el bondadoso Alex.