miércoles, 11 de mayo de 2011

Lo posible


Ya no hay poetas.

Hay personas que escriben poemas,

incluso buenos poemas,

pero ya no hay poetas.

Ya no se puede.

La ciudad es del concreto, del hierro, del plástico,

y esto nos gusta porque es lo que hemos creado

y porque en las esquinas se quiebra la sombra

y porque en las calles del polvo los perros se disputan la basura.

Y esto nos gusta.

Alguna vez fui feliz en un patio de paredes altas,

ahogado en una atmósfera sucia y corrupta.

Alguna vez caminé delirando y caí y abrí mis ojos

y vi entonces la ciudad tan sola y tan llena de gente

y me levanté y entendí que esa era la libertad posible

y yo quería encontrarme con un bulto de ropa y periódicos

tirado en alguna esquina, buscando el sueño bajo algún puente,

para decirle, bajando la voz, que su camino era sabio,

que era un camino desgastante e interminable, como todos;

que tú no tienes, hermano, ninguna culpa

de los insectos que te caminan el cuerpo cuando duermes,

del olor a descomposición que te acompaña,

de la mugre y de los piojos,

de la punzante y quemante soledad

que terminará por enloquecerte.

Que tú no tienes, hermano, ninguna culpa

y que no habrá Dios que se atreva a sopesar

si fuiste bueno o malo o ambas cosas o ninguna.

Ya no hay poetas

porque ya no somos los mismos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos gusta lo fácil, admiramos lo superficial, esa es la cruda realidad. Muy cierto es que ya no somos los mismos. ¡Hay que abrir los ojos a la vida!

Espero que te encuentres muy bien, saludos Alex! :)

Alexandro dijo...

A la mejor la vida ya no se deja ver.
Saludos a usted.