lunes, 13 de julio de 2009

Todo es vanidad..

No hay nada más misterioso que la realidad. Nada más indescifrable. Desde que comenzó nuestra difícil carrera por este mundo, los de nuestra especie hemos intentado comprender lo que nos rodea, lo que nuestros sentidos captan. Para ello, hemos creado a las religiones, esos fantásticos sistemas de pensamiento mezclado con un mucho de imaginación. Hemos creado a la ciencia, ese faro que en ocasiones se divierte con nosotros, preparándonos trampas de las que siempre salimos heridos. Hemos creado tantas cosas y nos hemos esforzado tanto, pero no debemos sentirnos tan superiores y caer en la vanidad, puesto que nuestros ojos, nuestra mirada, sigue sin poder penetrar el meollo del asunto: ¿para qué estamos en el mundo?
A la mejor, si tuviéramos la respuesta a esa pregunta en nuestras manos, como un extraño mineral, podríamos comprenderlo todo y no vivir en este constante signo de interrogación. Entendiéndonos a nosotros mismos entenderíamos el mundo. Pero bueno, el camino aún es muuuuuy largo…


El PRI se metió hasta la cocina. Ya sé que es tarde para escribir de tal catástrofe, pero sucede que mi mente es bastante inestable y por lo tanto, tardé un tiempo en asimilar el shock y la frustración que, no lo voy a negar, me anegaron.
La razón de tal desdicha no es que haya perdido tan feamente el PAN, cosa que era un tanto predecible dado el desgaste que el ejercicio del poder siempre genera y el valle de lágrimas, con esporádicos sembradíos de hierba mala, que estamos cruzando. Lo que me acongoja es que no haya sido una derrota “variadita”, es decir, si hubiera ganado el PRI pero también el PRD y el PAN más o menos parejo, todo hubiera estado mejor. Ni siquiera los candidatos que se veían muy seguros en el PAN, como Juan Blanco, Pepe Vásquez en Cuauhtémoc y algunos otros, pudieron salirse con la suya. A nivel nacional, los blanquiazules perdieron la siempre blanquiazul Guadalajara y las gubernaturas de Estados que ya gobernaban (a la mejor con los pies y esa fue la razón de la debacle). Pareciera una vuelta al pasado de la sociedad mexicana.
Sin embargo, no deben de sentirse tan orgullosos los militantes de ese viejo partido, ya que con una votación tan pero tan baja, no pueden aún decirse nuestros “voceros”.

1 comentario:

Flora Isela Chacón dijo...

cierto, todo es vanidad
felicidades