viernes, 3 de julio de 2009

Mas pronto cae un hablador que un cojo..


Argentina, el país que nos cerró las puertas a los mexicanos y que apoyó, desde el Gobierno de la Presidenta Cristina Kirchner al menos, una campaña sucia y basada en información falsa en contra de nuestro amado terruño, México Lindo y Querido, ha reconocido ahora, nada menos, que cien mil infectados del virus A H1N1. La “influenza mexicana”, como ellos le llamaban, a adoptado una nueva nacionalidad y ahora juega al fútbol, es engreída y dice “pero che…”
No es que me dé gusto, evidentemente, pues al final de cuentas, se trata de una tragedia. No me da gusto la tragedia que viven ahora los habitantes de Argentina, que se ven en los metros con los tapabocas (que ellos llaman, curiosamente, barbijos) y ahora piensan en cerrar cines, teatros, estadios, colegios, etc, igualito que lo hicimos en México pero antes de tener 100 000 infectados. La desgracia ajena que me causa regocijo es la que se le viene encima a la Presidenta Kirchner, la cual me cae bien gorda y además es chavista y abraza y besa a Hugo el Soberano cada que lo ve, que es cada vez que necesita dinero.
En Argentina, hace unos días, hubo elecciones intermedias y en las mismas, el partido de la Presidenta perdió garrafalmente. Al parecer, Cristina y su che gobierno ocultó la cifra real de los infectados para, de este modo, no ser apaleados electoralmente e incluso en otras modalidades. Igual, fueron apaleados y, al día siguiente de las elecciones, la ahora ex ministra de salud, una tal Ocaña, renunció inmediatamente, para darle paso a un pobre hombre que asumió la dirigencia del enfermizo Ministerio. Este nuevo ministro de salud, llamado Juan Manzur, tardo cuatro horas en declarar públicamente la verdadera situación.
Yo supongo, al menos, que ante una mentira tan grande, los argentinos, que no son nada mansitos, se quejaran y se quejaran hasta, quizá, tumbar al gobierno de los Kirchner. Si así resulta, ya algo bueno habrá dejado esa desangelada pandemia.

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