sábado, 4 de julio de 2009

Los bailarines


Las campañas electorales siempre son una fiesta para los especialistas en mercadotecnia. Sencillamente, se inspiran y sacan a relucir sus mejores trucos y tretas para decirnos que tal candidato es superior, por mucho, a los demás: que es más honesto, mas inteligente, mas experimentado. Además, quieren convencernos de que es más alegre y jovial, y por eso vemos nuestras ciudades repentinamente inundadas de sonrisas y rostros afectuosos. No pueden ser tan buenos, nos decimos, parecen sacados de una burbuja, nadie sonríe todo el tiempo, como idiota, en la vida real. Nos quieren engañar, pensamos. Y es cierto.

Pero no los culpemos, seamos comprensivos: nosotros haríamos lo mismo si estuviéramos en su lugar. Se trata de una carrera, de una competencia, de un mercado, si quieren llamarlo así: ganará aquél que sonría mas cándidamente, aquél que tenga mejor imagen y también aquél que sepa hablar lo que la gente quiere escuchar: que diga muchas veces las palabras “democracia”, “sociedad”, “progreso”, “desarrollo” y otros muchos conceptos que, en boca de estos “bailarines” como los llama Milán Kundera en su novela “La lentitud”, pierden su significado y se convierten en espejismos.

Pero creo que no soy el único que pensaría en votar por un candidato que no pareciera candidato: uno que rompiera todos esos moldes y que nos hablara, para decirlo en pocas palabras, “con los pelos en la mano”. El primer cambio importante, sería que se atreviera a sacarse fotos sin estar sonriendo como piraña todo el tiempo (vease, como ejemplo, la foto de Lupita Pérez, candidata del PRI para diputada federal en mi distrito, en Cuauhtemoc, Chihuahua. ¿Alguien en su sano juicio mostraría públicamente esa vampiresca dentadura? Desgraciadamente, no pude conseguir la imagen, pero lo puedo describir como la encarnación de Drácula en tiempos modernos).

1 comentario:

Orizschna dijo...

>El voto....cada días menos valorado y más sobreexpuesto.
Yo voté de la misma manera que tu -creo-.
Saludos