![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7NfUCy4i-MsZPiEDba8QQk_N6IxjkFiDvJ27BkPwZDymVRAv2i7vM5ppSX-cpoe8IxuQDSk8wdEgy6iEoG7n8RQAnEczCIrb3c4vcXUHB8VLojfM53HzqBpLAbRnA3jPQf34uKv8OkI5K/s400/001RuinasCojedes.jpg)
El silencio abundante de las calles que me recorren,
que me caminan.
Los parcos alimentos,
el agua del paraíso perdido limpiando mi garganta,
el asedio del sol a mi sombra
y las palabras desarropadas, como mendigos, durmiendo en las glorietas,
quemándose de frío.
Eso es lo que ha quedado.
Qué maravilla la muerte
que nunca muere.
Qué maravilla que los muertos
no llorarán en nuestro féretro,
que ya no pueden perder más,
que ya todo han ganado.
Dichosas las palabras
que son plenas sin importar el poema, logrado o mediocre, que conformen,
que se bastan a sí mismas,
solitarias y solidarias,
solícitas y solísimas.
4 comentarios:
Me gusta mucho lo que escribes!! Eres todo un profesional! Seguiré leyendo tu blog :)
Qué maravilla que los muertos
no llorarán en nuestro féretro,
que ya no pueden perder más,
que ya todo han ganado.
Simplemente hermoso!!!
Saludos.
Profesional? Ya quisiera yo ¡¡¡ Pero muchas gracias. A las dos.
Alexandro
Me gusta el ritmo de tu poesia se muestra frontalmente, un abrazo desde Chile,
Publicar un comentario