
Dice Borges que los únicos paraísos
son los paraísos perdidos.
Y ha de tener razón
así que le hago caso.
Retomo el sendero de los días
y recupero el reino mío:
son carnívoras sus flores,
sus fieras son invencibles
como si estuvieran muertas.
A mí siempre me gustó sabotearme,
siempre cortarme las alas.
En todas las batallas tiene que haber suicidas.
5 comentarios:
Esta hermoso :)
Un final inesperado, una revelacion personal fuerte, una certeza casi una creencia..Segun como se mire, uno a veces atenta contra sus propias alas cortandose libertades. Un abrazo.
Así es, María. Somos, a veces, nuestro peor enemigo.
Intenso tu poema, es muy hermoso, un abrazo calido Alexandro,
También creo que Borges tiene razón, me gusto mucho tu poema!
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