![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuI2xBwAHa7jznrJbicJtGzESBEJgahR8biJIeQIviG99092r0yIQkMZ_ziNmPTJmHjyxMPOGwVj9-aWnBv5l44FrmQNIXPPoQCtqmz89kBkEg1pGTkR80FGpdCe13ftbwEoSVoll7m2Sm/s400/1242139730_Gomorra%2520(libro).jpg)
Hará unos días que terminé de leer “Gomorra”, del italiano Roberto Saviano. La obra es un reportaje, escrito de hábil manera, acerca del poder, cada vez más extenso, cada vez más omnipotente, de la mafia napolitana, la Camorra, y de la manera en que la misma ejerce su influencia en los círculos empresariales y políticos. Uno se imagina, con toda facilidad, al autor recorriendo las calles de Nápoles, Casal di Principe y Mondragone a bordo de su Vespa (especie de motoneta), buscando, tan solo por verlo, el lugar, los lugares, los innumerables lugares en donde la Camorra ha matado. Llegando incluso, muchas veces, antes que la ambulancia o que los carabineros, Saviano puede ver, para después contárnoslo, el preciso momento de la agonía, el último de los momentos, de muchos, de demasiados: no solo la muerte de los líderes del “Sistema” (como se refieren a sí mismos aquellos que entran en la Camorra) sino la de aquellos que han estado cerca, ejecutados por el fuego cruzado o que han estado emparentados, de algún modo (aunque sea lejano) a alguno que se ha convertido en enemigo del Sistema.
El libro, la crónica del mismo, se puede dividir, a mi parecer, en dos crónicas: la crónica de la violencia y la crónica de la corrupción del poder. La primera la mencionamos arriba: la narración de las guerras entre las distintas organizaciones mafiosas y sus terribles saldos, cosa que en este lado del mundo conocemos demasiado bien. Con “crónica de la corrupción del poder” me refiero a la narración de Saviano acerca del verdadero poder, el auténtico, de la Camorra y, generalizando, de todas las organizaciones “mafiosas” (por llamarles de algún modo) del mundo: su poder empresarial y político. En “Gomorra” se cuenta la influencia que los clanes, o las distintas familias que componen a la Camorra, tienen sobre las empresas de la construcción, por ejemplo, llegando a dominar de modo casi total en este rubro, al menos en lo que se refiere a Italia. Uno de los capítulos más interesantes, titulado “Angelina Jolie”, nos da una curiosa incursión en el mundo de la moda italiana (la mejor del mundo), y nos cuenta como la Camorra ha aprovechado su poder económico para piratear las prendas de los mejores diseñadores y vender dichas prendas en almacenes legales, sin que nadie se dé cuenta de ello o bien sobornando a aquellos que se pudieron haber dado cuenta.
No todos los personajes del libro son villanos. Encontramos descripciones de algunos que intentaron, como pudieron, vivir al margen del poder corrupto de la Camorra (sacerdotes, periodistas, simples ciudadanos), pero estos los percibimos igual que a los salmones que van a contracorriente, los percibimos como justicieros demasiado solitarios, destinados al fracaso. Al mismo Roberto Saviano lo leemos declarando sus razones para no ingresar en el ciclo de la ilegalidad, de la corrupción, pero el tono de su declaración de guerra, de su emancipación, es quijotesca, pero algo triste. Algo como “yo sé que voy a perder esta batalla, pero en todo caso no quiero estar del lado ganador, porque no soy un esclavo”. Un ejemplo de lo que digo:
“Trataba de comprender si los sentimientos humanos podían llegar a enfrentarse a una maquinaria de poder tan enorme, si era posible llegar a actuar de una manera, de una posible manera, que permitiera protegerse de los negocios, que permitiera vivir al margen de las dinámicas del poder. Me atormentaba tratando de entender si era posible intentar comprender, descubrir, saber, sin ser devorado, triturado. (…) Me preguntaba si podía existir algo que fuese capaz de posibilitar una vida feliz, o acaso había de limitarme a renunciar a los sueños de emancipación y de libertades anárquicas, y lanzarme a la arena, meterme una semiautomática en los bolsillos y empezar a hacer negocios, negocios de los de verdad. (…) En tierras de la Camorra, conocer los mecanismos de afirmación de los clanes, sus cinéticas de extracción, (…) significa comprender como funciona el propio tiempo en toda su proporción (…) Ponerse en contra de los clanes se convierte en una guerra por la supervivencia, como si la propia existencia, la comida que comes, los labios que besas, la música que escuchas, las paginas que lees, no lograran darte el sentido de la vida, sino solo el de la supervivencia. Y así, conocer ya no es un indicio de compromiso moral. Saber, entender, se convierte en una necesidad. La única posible para considerarse aún hombres dignos de respirar”.
“Gomorra” ha sido publicada, originalmente en Mondadori, pero en yo la tengo publicada por la Editorial Debolsillo y es fácilmente localizable en Sanborns, por ejemplo. Viviendo donde vivimos, con la situación de violencia que tenemos, este libro nos aporta algo importante, créanme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario